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La  pregunta manifiesta

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por Julián Poncetta

manifiesto publicado en el n° 2 de El Ojo y la navaja

 

 

 

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¿Qué decir? Escribir un manifiesto sin caer en el cinismo ni en la solemnidad. Frente a la hoja en blanco pienso en esto como un género que es como darle nacimiento a algo que en cierta manera nace muerto. Debería ser una defensa, una exposición pública de un programa de acción. Programa de acción. Y sin embargo, el manifiesto parece tan certero, tan cristalizado, tan seguro de sí mismo. Un empoderamiento berreta de un recorrido muy breve. Intentaré no ir por ahí, esquivar la palabra manifiesto, quitarle su contundencia de maestro ciruela, darle movimiento, acción, el repique de un redoblante, una manifestación donde la pregunta sea bandera, a campo traviesa, como el mejor cliché rebelde.
¿Puede un punteo precipitado, advenedizo e incipiente ser una manifestación?

 

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Nota breve: veo y entiendo el teatro como un bicho. Cuando hablo con alumnos y colegas me apoyo en esa palabra y sus derivas: el bicho, bichaje, la cosa que pica y se mete y molesta, transmite, que podés pisar y matar fácilmente, pero que no depende del todo de uno, ni de nadie. El diccionario lo define así, ser (o cosa, no nos pongamos esencialistas) con capacidad de movimiento. Capacidad de movimiento. Hay un hecho vivo, que como toda cosa viva escapa a la lógica de por qué está ahí, para qué, cómo… y eso lo vuelve deseante y deseado.  Nos propone un espacio dónde habita la pregunta, más allá de sus técnicas y poéticas. El bicho te acecha, apoyado en sus patas flacas de pequeñas certezas quebradizas. Pero ahí no está el movimiento, el movimiento va por dentro, contenido, una pregunta que abre otras, y otras, y el bicho se mueve y cuando quiere te fagocita.

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Entonces, ¿qué ha quedado cada vez que nos hemos enfrentado a una obra?

2013. Los puntuales: ¿Cuál es la función de lo abandonado? ¿Es un espacio virgen?  ¿Un espacio violado? ¿Es inevitable intervenirlo? ¿marginalidad x marginalidad es igual a una comicidad otra?
Por comicidad-otra, se propone un humor peligroso que no busca en sí la carcajada, sino la incomodidad, los silencios, el estupor o la vergüenza ajena. 
¿Qué pasa cuando la desgracia pasa al Otro que despreciamos?¿de qué me estoy riendo?  ¿De la situación? ¿Del gag? ¿Del ambiente? ¿Del chiste? ¿Del sufrimiento? ¿De la vergüenza ajena? ¿Del silencio que me pone nervioso?

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2014-2015. Bajo un sol de sílice: ¿Cómo aparecer y desaparecer? ¿Cómo suspenderse o seguir la gravedad? ¿Cómo se deambula? ¿Cómo encontrar el espacio entre los espacios? ¿Qué lectura sensible se desprende de la relación ambigua entre el espacio (lo concreto) y lo invisible? ¿Cuáles son sus límites? ¿Cómo tocarlo o negarlo?
El espacio como un interrogante. El espacio y el vínculo que establece con el cuerpo de una actriz. Lo visible y lo invisible, en una relación ambigua que profundiza la experiencia del cuerpo. Una cosmética del comportamiento y cómo el cuerpo se subvierte a esto como una política inevitable. En un espacio estático el cuerpo es tensión, potencia, posibilidad de movimiento y cambio. Romper con la idea del relato líneal, una experiencia del pensamiento. Relatos.

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2016. Un koltés. Adaptación criolla: ¿Cómo habitar la destrucción? ¿De qué forma decir, accionar, significar?
¿Qué es lo que tuvo que suceder para poder accionar y decir? Sin embargo, ¿Qué y cómo decir? ¿Cómo y cuándo accionar?
Tomar un autor consagrado, tomar su obra periférica, sus borradores, sus manuscritos. No representar ningún texto, no hacer un teatro para el texto, sino el uso del mismo como una materialidad concreta a manipular. Tensión permanente con sus posibilidades poéticas y performativas. Problematizar el mandato del autor, dar pelea al logocentrismo. 
Tomar actores y actrices de diversas tradiciones, desconocidos. Problematizar sus tradiciones, sus ideas-teatro, su procedencia, sus técnicas. Asumir la propia herencia. Afirmarla. Hacer uso de ella sin conservadurismo. Yuxtaposición conflictiva, mestizada y atravesada por tensiones poéticas y procesuales. No hay actuación uniformada y pura. Una poética particular, disonante, sostenida en tensiones.
Sí, en la obra hay una familia, pero que no sea un conflicto familiar, doméstico e intimista.

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2017. Amenazas: ¿Cómo dar identidad a través de la acción? ¿Cómo decir el nombre, marcar la ausencia a través de la presencia?

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2017. proyecto CERO: ¿Qué ocurre en el interior de los espacios? ¿Qué acciones se llevan a cabo, cuáles se repiten? ¿Qué pensamientos rumian sus habitantes mientras se ven mutuamente como náufragos en islas distantes? ¿Cómo la mirada del otro penetra en el interior, que es lo se muestra si se es consciente de esa mirada? ¿Es una persona sólo la repetición de sus acciones? ¿Qué fricción ocurre entre el espacio propuesto (una ciudad de madrugada, pensando sus escalas, dimensiones, climas) y esa voz que se expande? ¿Cómo proponer un texto que, sin caer en logocentrismo, sea pertinente y portador de posibilidades escénicas, acciones e imágenes?
Tercera posición de la actuación, producir desde los bordes para luego ocupar el espacio en diálogo permanente con el vacío y el silencio. Luchar contra la idea de llenar el espacio, completarlo con movimientos superfluos o palabrerío aturdido. Repetir las acciones hasta generar la necesidad de una ruptura de la misma. Desatar la furia del presente, donde poner en crisis todos los materiales del dispositivo escénico. Problematizar los propios lugares de la actuación, salir de la comodidad, de lo que se espera.
Los personajes como una voz que se proyecta, un discurso que se porta. 
La soledad de los personajes es inversamente proporcional a la escucha de los performers. Es en el tempo de las acciones, las situaciones y el uso del espacio en la simultaneidad donde se producen los mojones de sentido para un material complejo en cuanto a la yuxtaposición de sus elementos.

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2018. Fuego en tus ojos: ¿Por qué no desafiar esta tendencia estéril de buscar lo último, lo cool, lo desafectado, en pos de un material que nos coloque en el problema de lo sensible, de la cosa inabarcable del deseo, lo vital y erotizante? ¿Por qué no plantear un melodrama de fácil acceso pero de difícil digestión y que una vez que estemos adentro nos interpele? ¿Qué pasa cuando nos corremos de la parodia y transitamos desde una perspectiva casi fenomenológica con las herramientas que se tienen esa cosa llamada melodrama? 
¿Qué recursos podrían dar cuenta de cómo vemos hoy los restos de las novelas clásicas argentinas, que apenas han sobrevivido en los escasos archivos? ¿Cómo se reparte este espectáculo? ¿Cómo vivificar un melodrama? ¿Cuánto del género podemos soportar?
¿Qué le pasa a esa mujer actriz contemporánea cuando tiene que portar esos discursos vetustos? ¿Qué sucede con esos personajes que descubren que el cuerpo portador de sus palabras los interpela y revoluciona? 
En este campo de batalla, ¿está la mímesis presente? ¿es posible la mímesis? ¿Es posible el gesto de identificación, de imitación de un objeto?
Si la mímesis está, deberá ser artificial o al menos evidenciar su artificio, una mímesis de la mímesis que replican los restos de un género disperso en múltiples poéticas.

Aplicar toda fórmula, gesto repetido, cliché familiar, para preguntar, ¿es tan así?

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Otro insistir: el grupo. Sí, el teatro se hace de manera colectiva, bla, bla, bla. Pero la pertenencia a un grupo, con nombre y apellido, encontrar tu lugar, tu rol, tu identificación y ponerse la camiseta de algo que hay sostener con mucho trabajo no es tan fácil. No es un seminario de tres días donde nos queremos todos. No son los amigos que hacen teatro y son re copados. ¿Son formas válidas? Claro que sí. Pero hay que diferenciar. No es lo mismo. Los tiempos, las discusiones, las posibilidades, las diferencias a largo plazo en un mundo donde todos queremos vivir libres como una propaganda de sprite, frescos y sin preocupaciones. El grupo te corre de la idea, te pone concreto, te junta con otros para manifestar el deseo. Y donde está el deseo se juega a otro nivel, es cosa seria, no te podés hacer el gil. Para peor, cuando querés mirar para otro lado, el otro que es tan insoportable como vos te chistea.
Un grupo, entonces, sería esa posibilidad de múltiples posibilidades. Un no sé, donde acompañarse a hacer. ¿Qué soy? Actor, director/a, actriz, dramaturga/o, pedagogo/a, productor/a, investigador/a, docente, aprendiz, alguien que pasa. Tal vez todo eso, y más. Tal vez nada de eso. Quizás el teatro es de esas cosas que sólo pueden ser reales cuando se comparten.
El nuestro se llama Galpón Momo Teatro. Y no, no tenemos galpón.

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Hacia el final del proyecto de Un Koltés me salió decir, y parafraseo:
Frente a un ambiente teatral local plagado de automatismos, ideas a priori, tecnicismos gastados y definiciones cristalizadas, tal vez sea necesario generar una cesura, una pausa poética, que nos corra del mandato irreflexivo de cumplir con una teatralidad que ocupa inerte el centro de la escena. 
Parar, abrir los ojos y mirar a los costados, al margen como punto de producción. Modas y museos hay muchos, los hay muy buenos, muy prolijos, muy adecuados, excelentes y confortables, con calefacción y dirección asistida y si te perdés GPS y guía turístico, también cancheros, cool, con luces led y proyecciones  y un aire porteño pero platense.
Elijo: el desaliño, el juguete roto por su uso, gastado en sus bordes, los textos en primera persona, los cuerpos que necesitan y se cansan pero siguen insistiendo, el peligro de que no se entienda, la provocación erotizante, la perplejidad de lo que te está pasando, el verlo… no poder hacer nada salvo transitarlo, encontrar la pregunta que hace el espectáculo, el movimiento que nunca se resuelve y se reconstruye así mismo, los objetos que fallan y te traicionan en escena, los ensayos de guerrilla, dejarle el realismo y el sistema narrativo del cuentito a Netflix, apostar al pensamiento en acción, lo que se repliega para que otra cosa se despliegue, la simultaneidad sensible y cenestésica del movimiento, que nada pase para que algo ocurra, el salir sin brújula pero con sospechas claras, los silencios reflexivos, la expresión “no sé”, las lecturas nuevas y las recurrentes, las discusiones virulentas, apoyarme en los que están.

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¿Es incoherente esto que digo? ¿Y por qué no, entonces?

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¿Es posible buscar algo permanente, constante y ahí la intensidad...?
En eso se basa nuestro laboratorio. Profundizar, correrse de la dictadura de la novedad. Dar y generarse un espacio-tiempo recortado, pero sostenido para estudiar, mal entender, verificar, errar. Sin oscurantismos, la técnica del actor es una elaboración a la vista y necesita horas (muchas horas) de trabajo. Vale aclarar, técnica no es receta, no es lo primero que te sale, si hay algo que tenga que salir. No es el resultado ni el virtuosismo. Será tal vez algo que decanta, que se destila, que aparece a través de las grietas que se le hacen a un cuerpo-mente moldeados e inscriptos por una cultura y en los callos de los pies.
Eso sí, sin callo o lo que eso signifique, no hay posibilidad de subversión ni en las poéticas ni en los procedimientos. Hay que saber el qué y el cómo, para arrancar por algún lado.

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¿Y ahora qué?

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Miro a los actores, actrices, performers, personajes…

No sé quiénes son. No sé qué quieren. No sé por qué hacen lo que hacen. No sé si lo volverían a hacer o si ya lo han hecho. No tienen conflicto, o tal vez si...  

Pero ahí están, deseantes.

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Entonces, para cerrar, cumplir con el mandato del género, la tabla en piedra que baja la montaña. Con el culo lleno de preguntas propongo el siguiente  decágolo:

1. No hay nada nuevo aquí
2. Tía/doña Rosa ha muerto.
3. Que se entienda no es un valor.
4. Rodillera no garantiza riesgo.
5. Bibliografía mata galán.
6. Es un manifiesto, no un tratado de buenas costumbres.
7. Poetizar también es una política.
8. La actuación no se enseña, se contagia, se transmite, es también un bicho, se viraliza en tanto haya condiciones.
9. No sea roñoso ni miserable, cocine a la vista. La cosa es pública y se ve todo.
10. ¿Aquello es teatro? Hagamos otra cosa. Anti-teatro, contra-teatro.
11. Todo manifiesto debe ser utilizado en tu contra.
12. Explíqueme la explicación.
13. No sea Flipper.
14. Cambiar intensivo por intensidad, el salticado por la permanencia.
15. Ya aprendimos a poner títulos cool, seminarios de todo, ¿y entonces, qué? ¿Nos hemos vuelto gourmet, ensaladas de hojas verdes y hortalizas?
16. Si encuentra UN o EL público, avise.
17.  No sea creacionista, los suyo no es el big-bang. La historia no termina ni inicia con usted. No crear ni inventar nada. Tal vez, diferenciar.
19. Que linda es la dirección. Y encima hay que aclararlo.
20. Siempre preguntar, ¿hace falta el proyector? Desarrolle.
21. Entonces, lo popular… ¿es lo que usted dice? 
22. Sí, la sospecha es cierta: esto podría seguir eternamente.
23. Permanezcamos incompletos.

 

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